Explorar la Costa Brava desde el mar
El mar es una constante en la provincia de Girona, que se traduce en fuente de vida, salud, cultura, y en inspiración culinaria y festiva para residentes y visitantes. Además, si la Costa Brava resulta inmensamente cromática y diversa desde tierra, lo es aún más vista desde el mismo mar Mediterráneo.
Doscientos kilómetros de costa, buen clima, temperaturas cálidas, excelentes vientos y una gran diversidad de espacios marítimos garantizan la buena práctica de deportes acuáticos en la Costa Brava.
El nombre Costa Brava no es gratuito o fruto de un capricho. Son dos palabras que describen un territorio lleno de contrastes: acantilados espectaculares, grutas, playas enormes y pequeñas calas, vientos poderosos y dóciles brisas que empujan veleros, catamaranes y velas mar adentro. Una gran variedad de opciones a nuestro alcance nos permitirá conocer la singularidad de este territorio desde el mar: nadando en aguas abiertas por las Vías Bravas, rutas en kayak, salidas en catamarán o velero y también inmersiones que permiten percibir este espacio heterogéneo y único desde otro punto de vista, otra dimensión.
Dependiendo de la zona de la Costa Brava y de las condiciones climatológicas y geográficas del litoral, el visitante podrá practicar uno o varios deportes acuáticos. Si por ejemplo se encuentra en la bahía de Roses o en la zona del Cap de Creus, donde soplan ráfagas de tramontana (viento del norte), la mejor opción será la práctica del windsurf en sus distintas modalidades, wave expression o free style, así como la modalidad de surf con cometa o kitesurf. También actividades relacionadas con la navegación a vela: excursiones en catamarán y chárteres con veleros modernos y tradicionales que, conducidos por marineros expertos, llevan a sus pasajeros a visitar parajes sorprendentemente encantadores del litoral gerundense.
Por otro lado, si el visitante se encuentra en la parte más abrupta e inaccesible de la Costa Brava, como los parques naturales del Cap de Creus y de las Illes Medes, en l’Estartit, es imprescindible que salga a remar en kayak o que se sumerja en las profundidades y penetre en las pedregosas grutas donde descubrirá los más fastuosos e insospechados rincones de este territorio. El submarinismo es una actividad que atrae cada vez a más practicantes interesados en descubrir y explorar el fondo marino. Como respuesta a esta creciente demanda, han proliferado paralelamente los centros de inmersión que se dedican a guiar a los submarinistas hasta las profundidades del Mediterráneo.
La fauna marina en esta zona es rica y abundante: corales, peces de especies exóticas, algas… Los submarinistas disponen de espacios naturales protegidos donde practicar su deporte y descubrir muchos tesoros que todavía hoy se ocultan en las profundidades del Mediterráneo. Son muchas las galeras romanas sumergidas delante de las costas del Cap de Creus después de que las olas y los potentes vientos del norte las hicieran naufragar con sus bodegas repletas de ánforas de vino, maíz o aceite, y delicadas telas y joyas.
Además, este tramo del litoral catalán ofrece a los aficionados de los deportes náuticos una importante infraestructura en puertos deportivos a lo largo de sus doscientos kilómetros de costa: un total de diecisiete instalaciones náuticas a su disposición en un paisaje marítimo típicamente mediterráneo. Cabe destacar también los puertos comerciales de Roses y Sant Feliu de Guíxols, y el puerto comunitario de Palamós.
La gran diversidad de actividades lúdicas y náuticas en la Costa Brava cuenta además con una amplia oferta de excursiones que pueden hacerse en barcos convencionales o con el fondo de cristal. Estos últimos ofrecen al pasajero un nítido espectáculo visual del fondo marino. Resulta fácil embarcarse desde los puertos del litoral gerundense en pequeños cruceros que recorren el litoral de la costa y que permiten que bañistas y deportistas accedan a aquellas playas de piedras o arena fina que sólo son accesibles por mar.
Para más información: www.costabrava.org